Mónica García: seis días sin medidas epidemiológicas en Valencia a pesar del riesgo de infecciones

Las inundaciones también generan un ambiente propicio para la proliferación de agentes infecciosos

Mónica García DANA Valencia
La ministra de Sanidad en el Congreso, Mónica García.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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La ministra de Sanidad, Mónica García, lleva seis días sin implementar medidas sanitarias urgentes que palíen posibles efectos nocivos y epidemiológicos tras la tragedia de la DANA en Valencia. Sólo ha mantenido una videoconferencia con el consejero de Sanidad, Marciano Gómez, y simplemente hasta ahora, se ha limitado a enviar una nota de prensa donde figuran ciertas recomendaciones de Sanidad para la población y voluntarios.

El agua está contaminada, el barro y  las aguas estancadas son un punto evidente de infecciones y la falta de comida y medicamentos una constante y, a pesar de todo ello, Sanidad no se ha implementado ninguna medida sobre el terreno como apoyo a la Consejería de Sanidad de Valencia. La ministra, que parece más preocupada por la presunta agresión de su compañero de partido, Íñigo Errejón, que de ponerse en marcha con medidas que ayuden a las áreas afectadas por la DANA. Ha evitado visitar tras seis días estas zonas que necesitan del Estado medidas sanitarias urgentes y, otras, como la entrega a todos los voluntarios de material sanitario oportuno con el que eviten, en la medida de lo posible, infecciones en las distintas labores de colaboración y ayuda que están implementando ahora sí, con el Ejército y otros Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Una de las preocupaciones más destacadas tras una DANA es el aumento del riesgo de infecciones, algo que las autoridades y la población deben gestionar con rapidez y eficacia para evitar crisis sanitarias.

Las inundaciones no sólo destruyen viviendas, infraestructuras y cultivos, sino que también generan un ambiente propicio para la proliferación de agentes infecciosos. El agua estancada, especialmente, se convierte en un caldo de cultivo ideal para bacterias, virus y parásitos. Además, las aguas residuales pueden mezclarse con el agua de lluvia, contaminando los suministros y aumentando la exposición de la población a enfermedades.

Las autoridades sanitarias de Valencia advierten que tras una DANA, los casos de enfermedades como gastroenteritis, infecciones respiratorias y afecciones de la piel tienden a incrementarse. La exposición prolongada al agua contaminada y la falta de higiene en ciertas zonas afectadas son factores que agravan el problema.

Las infecciones más comunes tras una DANA en estas zonas son entre otras, las enfermedades gastrointestinales; la contaminación del agua potable con patógenos como la escherichia coli, el norovirus o la Salmonella pueden desencadenar brotes de diarrea. Las condiciones de insalubridad y la dificultad para mantener la higiene personal adecuada durante las inundaciones exacerban este riesgo.

Las aguas residuales pueden contener:

Según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES)

Productos tóxicos:

  • Productos inorgánicos como químicos, aceites, combustibles, derivados de la industria y también de explotaciones agropecuarias.
  • Productos orgánicos derivados de aguas residuales domesticas o urbanas. En este último caso debido a la propia catástrofe se pueden incluir productos orgánicos derivados de la descomposición de alimentos o seres fallecidos.

Residuos que estén depositados en el suelo:

  • Cables
  • Cristales
  • Restos metálicos

Agentes infecciosos implicados en enfermedades de transmisión oral:

  • Gastroenteritis
  • Hepatitis A
  • Leptospirosis

Proliferación de vectores:

  • Mosquitos
  • Cucarachas
  • Garrapatas

Por tanto, para el trabajo en dichos entornos debemos tener en cuenta unas consideraciones sencillas:

  1. Sigue siempre las indicaciones de quien esté al mando.
  2. Utilizar unas medidas de protección básicas (lo que llamamos un Equipo de Protección Individual (EPI)).
  • Botas impermeables de suela gruesa y caña alta para protección de pies y riesgo de cortes (tipo pesca).
  • Guantes de trabajo impermeables y resistentes a productos químicos, para proteger las manos de posibles heridas y del contacto con agua contaminada.
  • Usa ropa resistente, pantalones impermeables y largos, así como camisas largas. Si es posible, chaleco reflectante.
  • Mascarillas (para protección de boca de salpicaduras) y parcialmente de inhalar partículas en ambientes con polvo o residuos.
  • Gafas de protección ocular frente a salpicaduras y casco si se van a manejar cargas por encima de la cabeza o entrar en estructuras.

Sería, por otra parte, recomendable disponer de un pequeño kit para cura de heridas (tijera, desinfectante, gasas, esparadrapo) que debe utilizarse de inmediato en caso de alguna lesión cutánea.

Procurar ser autosuficiente con la comida y bebida.

Es importante moverse con precaución, ya que en zonas inundadas no se ven alcantarillas abiertas, socavones o hierros.

No entrar en estructuras dañadas o derruidas que no han sido aseguradas.

Puede volver la electricidad en cualquier momento, si se encuentran cables caídos, llamar a las autoridades. Importante también asegurarse de que está cortado el gas y la electricidad antes de trabajar en un área.

Comunicar inmediatamente a las autoridades responsables de la zona el hallazgo de personas perdidas o fallecidas.

Ante cualquier síntoma anormal en la salud debemos buscar ayuda sanitaria y recordemos actuar bajo las indicaciones de los organismos oficiales.

Una vez finalizado el trabajo debe realizarse un lavado enérgico con agua y jabón de todas las zonas expuestas. Además, si sospechamos que nuestra ropa ha sido contaminada, debemos quitarla una vez estemos en un lugar seguro y lavarla a más de 60 grados.

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